Las Buenas prácticas de higiene alimentaria garantizan toda una serie de beneficios, tanto a los consumidores como a los productores y comercializadores y, en definitiva, favorecen a la salud pública, en general.
Por el contrario, una práctica higiénica deficiente lleva asociados unos costes tanto a nivel de salud como a nivel económico y social.
Costes debido a la deficiente Seguridad Alimentaria
- Contaminación de los alimentos.
- Reclamaciones por parte de los consumidores.
- Pérdidas de producción.
- Intoxicaciones alimentarias, en ocasiones con graves consecuencias.
- Aparición en el lugar de ratas, ratones, moscas y otros insectos indeseables.
- Penas y sanciones legales.
- Pérdida de imagen y credibilidad en el mercado.
Beneficios de las Buenas Prácticas Higiénicas
- Satisfacción de los clientes, buena reputación y prosperidad de los negocios.
- Aumento de la propia vida del alimento.
- Buenas condiciones de trabajo.
- Actitud positiva y bienestar del personal y los directivos.
- Menos ausencias del personal.
- Buena consideración por parte de las Autoridades Sanitarias.
Recordamos el brote de Listeriosis registrado en España en el año 2019: